Este enero mi padre murió. Mi padre tenía un cáncer, pero no es éste el que lo terminó matando, si no un conjunto de retrasos y negligencias que no sólo acabaron con su vida, si no que anularon su calidad de vida por completo y le impidieron seguir el tratamiento que tenía que hacer en su momento.
Mi padre tuvo un retraso del tratamiento de su cáncer de vejiga de 10 meses. En noviembre de 2017 se le detectó una hematuria macrocópica en una analítica habitual. Le realizan entonces una eco el mismo mes, y dados los resultados el CAP le deriva a la Fundació Puigvert. Allí hasta abril no le hacen una citoscopia, y no es hasta junio que le realizan una biopsia, 7 meses después. Durante todo este tiempo el cáncer no se detiene, va creciendo ... Con la biopsia se confirma el diagnóstico de cáncer de vejiga estadio III, por lo que se le ha de extirpar la vejiga. Pero esta operación tampoco la realizan hasta septiembre, 3 meses más de retraso en un cáncer de alto grado ya infiltrante.
Pero además de este retraso, aún se produjeron más errores.
De esta operación, realizada el 09/2018, mi padre salió con un brazo paralizado a causa de una mala colocación en el quirófano, y también con una infección que no detectaron ni atendieron hasta días después de producirse a pesar de las quejas expresadas por mi padre y por nosotros.
Antes de ser intervenido, mi padre era una persona totalmente autónoma que seguía todas las pautas que le indicaron para intentar que la operación fuese mejor y la hospitalización más breve: caminar 6 km diarios, tomar batidos de proteínas, realizar unos ejercicios ... Así lo hacía diariamente durante los meses previos a la operación.
El día de la intervención, después de esta, nos avisan y nos comentan que ha habido un problema (que se supone temporal) y que no puede mover el brazo izquierdo, pero que mañana ya estará mejor. Pero al subir a la habitación el día siguiente el brazo sigue paralizado. Pruebas neuromusculares posteriores indican que se han producido dos lesiones en el nervio. Tuvo una mala colocación en quirófano. Esto le comporta una depresión, pasar de ser una persona autosuficiente a ser dependiente para las tareas cotidianas, ya que durante semanas la parálisis es total y harán falta varios meses para tener una movilidad aceptable, no así fuerza, que no llega a recuperar del todo nunca.
Para ello mi padre estuvo haciendo sus ejercicios, caminando varios km cada día, siguiendo las pautas rigurosamente. Para que una mala praxis lo tire todo por la borda.
· Unos días después de la intervención, y al ver la enfermera que la herida del abdomen presenta enrojecimiento, le quita una de las grapas y empieza a salir líquido. Nos dice que es un seroma y no le da importancia, y durante unos días le va extrayendo. Días más tarde, coincidiendo con las fiestas de la Mercè, mi padre empieza a encontrarse mal y a notar un dolor más fuerte en el abdomen. Ante nuestra insistencia se avisa a la doctora de guardia, que desde la puerta, sin entrar en la habitación ni mirar la herida, dice que son problemas intestinales, y no se hace nada.
Pasada la Mercè le visita la doctora habitual que al mirar la herida se da cuenta que hay una gran infección. Inmediatamente saca a todos de la habitación: "Todo el mundo fuera!! Por qué no se me ha avisado antes !!?" Los médicos corren, están a punto de volver a bajarlo a quirófano, pero finalmente deciden dejarle la herida abierta, colocarle 2 nefrostomías y posteriormente también una máquina de vacío. La herida tardará 10 meses en cerrarse (cuando debían ser 10 días) y provocará más adelante una enorme hernia abdominal y que tenga que llevar siempre puesta una faja.
El 10/24/18 nos envían a casa para 3 semanas, ya que consideran que allí se recuperará mejor. A nosotros nos choca que nos envíen a casa con dos nefrostomías los riñones, la máquina de vacío y la sonda vesical. El día siguiente ya tenemos que ir a urgencias, y durante estas 3 semanas tenemos que ir varias veces por molestias intestinales, problemas con la sonda, obstrucciones ... Nos pautan también un antibiótico hospitalario durante su estancia en casa, el linezolid . Cuando vuelve a ingresar en el hospital, el 14/11, se le realiza una analítica y se dan cuenta que el linezolid le ha parado la médula, dejándolo totalmente sin defensas. A todo esto, al entrar en el hospital y antes de la analítica, uno de los días estuvieron a punto de darle una sobredosis de linezolid cuando la auxiliar de enfermería que se lo suministraba se equivocó y en lugar de poner la dosis de 600 cada 12 horas pautada, le trajo una dosis de 1200. Nos dimos cuenta antes de que se lo aplicara por vía intravenosa. Para tranquilizarnos nos dijeron que no hubiera pasado nada y nos ofrecieron una tila. No pasaba nada, pero fue el medicamento que le hizo una toxicidad y le paró la médula. El 11/23/18 le dan el alta, aunque habrá más visitas a urgencias.
Al poco tiempo de morir mi padre, presentamos un escrito a Puigvert, que nunca nos contestaron.
Como no nos decían nada, contratamos una oncóloga. Ella leyó todos los informes, y cuando habló con nosotros supimos que aún habían habido cosas más graves en la Fundació Puigvert, como es el tema del retraso, detalles que nosotros que no somos médicos no podíamos saber (ellos siempre nos decían que no nos preocupáramos, que no pasaba nada...) nos dijo que viendo lo que había pasado, no creía que Puigvert nos contestara el escrito. Tuvo razón.
Hace aproximadamente dos meses llamé a atención al paciente de Puigvert, para ver si al menos nos podían decir algo del escrito. La chica que me atendió me dijo que las reclamaciones no se contestan (?) Que se hace una "reflexión interna" en una reunión. Me dice que consta que hicieron la reunión en febrero, pero no me puede decir qué "reflexionaron" o qué se dijo, porque son temas médicos. Que si queremos nos pueden enviar una carta de condolencias. No queremos una carta de condolencias. Queremos las explicaciones que no nos dieron, queremos unas disculpas, que si ha habido errores los reconozcan, que cambien la manera de hacer las cosas para que no vuelvan a pasarle a nadie. No una carta de condolencias. No hay derecho.
Actualización septiembre / oct 2020:
El día 20 de septiembre envié un escrito a Salud en que exponía todo lo anterior. El 5 de octubre recibí su respuesta. En esta me comunicaban que habían pedido información a los centros sanitarios afectados, y me adjuntaban sus consideraciones.
El mismo día respondí todas las inexactitudes de F. Puigvert:
<<< Una vez leída la respuesta a nuestra reclamación queríamos hacer una serie de puntualizaciones:
- Escriben "El paciente pide tiempo" Esto no es verdad. El paciente nunca dijo eso. Nos dijeron que en la próxima visita dijéramos el qué y así lo hizo. La operación se programó para agosto. Después Puigvert nos llama para cambiar la fecha y retrasar la operación a septiembre. Fue una decisión suya, no nuestra.
Fue un retraso más añadido al que ya llevábamos. No lo mencionan en su escrito.
- Envían una cronología que ya conocemos y escribimos también en nuestro escrito, pero omiten los detalles de la operación, no mencionan que salió con el brazo paralizado, etc. Escriben "12/09/18: se realiza la operación" y pasan a continuación a "26/09/18: informe de la anatomía patológica".
- El consentimiento informado no contempla que si hay una infección post-operatoria intrahospitalaria de la que el paciente se queje, el médico no le atenderá, no revisará la herida ni entrará en su habitación a mirarlo, imposibilitando la detección y el tratamiento de esta infección en su momento. Esto no lo firmaría nunca nadie.
- Ellos mismos, sobre las complicaciones, dicen "la mayoría contempladas en el consentimiento informado" es decir no todas. Y la "literatura científica", como ellos dicen, también está llena de complicaciones producidas por errores, descuidos o mala praxis.
- El doctor nos dijo que la infección se había producido seguramente porque le quitaron los drenajes demasiado pronto y que deberían haberse dejado más tiempo. También sobre la intervención y en relación con el brazo, una enfermera dijo que "durante la operación se había cometido un grave error".
- Sobre la gestión de la reclamación por parte de la Puigvert, escriben que "se acordó dar respuesta telefónica". Esto nuevamente tampoco es cierto. La Fundación nunca se puso en contacto con nosotros. Precisamente por eso, después de esperar meses, llamé yo en julio. Además en esta llamada me confirmaron que no había respuesta prevista, ni por escrito ni telefónica.
El Covid tampoco es excusa, porque la reclamación fue el 3 de febrero y tuvieron la reunión el 11 de febrero, un tiempo aceptable. Y ahora también han podido responder a la región sanitaria en un tiempo aceptable.
- Si mi padre se hubiera podido curar o no del cáncer si las cosas se hubieran hecho de forma diferente no lo podremos saber nunca y yo no lo he afirmado. Pero si se le privó de cualquier oportunidad de curación que hubiera podido tener y de una evolución diferente, dadas las complicaciones habidas y el retraso en el tratamiento. Así como su calidad de vida habría sido mejor en el tiempo que le quedaba si no se hubieran cometido ciertos errores. >>>
El día acordado tenemos la reunión, que expongo a continuación. En esta reunión, sin embargo, no se nos dieron explicaciones ni se nos aclararon aspectos de la asistencia y actuaciones médicas ya que fue con una portavoz de Puigvert, que nos pidió que le explicásemos de palabra lo que habíamos escrito.
Antes de eso nos dio el pésame también en su nombre y nos dijo que sentía la situación dolorosa por la que estábamos pasando. Nosotros se lo agradecimos pero le dijimos que si estábamos allí no era por el duelo, que evidentemente también tenemos, sino por los hechos que han pasado. Que mi padre ya quería hacer un escrito y si al final hubiera sobrevivido, también lo hubiera presentado y también estaríamos aquí si no hubiera obtenido respuesta.
A continuación pues volvimos a exponer los hechos ya comentados en los escritos:
- En primer lugar el tema del retraso, tanto de diagnóstico como de tratamiento. Que la oncóloga que contactamos nos explicó que cuando hay una hematuria macroscópica, en un 90% de los casos acompaña a una neoplasia vesical, y además si hay pared gruesa es un indicador de malignidad y en estos casos se debe hacer una citoscopia inmediatamente, no en abril. La biopsia, que es la prueba que podrá decir irrefutablemente si es cáncer o no, no se hace hasta junio. Y la operación, sabiendo ya que es un cáncer de alto grado, no se hace hasta septiembre.
Después tenemos que leer en las consideraciones de Puigvert que "el paciente pide tiempo". Esto no es cierto y además es una afirmación innecesaria, porque en primer lugar esto ocurre en julio, aquí gran parte del retraso ya se había producido, y en segundo lugar porque la operación se programa para agosto, por lo que mi padre se decidió rápido. Pero después ellos llaman y cambian la operación a septiembre (cosa que no gustó a mi padre). No contestan el escrito, pero a Salud si contestan rápido y escriben esto.
La portavoz pregunta "esto lo decimos así ...?" Le decimos que sí, y lo comprueba en sus papeles. Cuando le pregunto por qué no dicen en sus consideraciones que la operación se programó en agosto y luego se pospone, pregunta "no se dice en ninguna parte?" "No." Nos dice que no es que lo pretendan ocultar, que "no hay mala fe en no ponerlo". Pero es una reclamación en la que uno de los temas que se está tratando es el por qué del retraso, precisamente.
Incluso cuando mi padre ya había muerto, sonó su móvil unos días después y era la F. Puigvert para retrasar otra visita.
- En segundo lugar el tema del brazo, que lo convierte en una persona totalmente dependiente. Además en el informe de la intervención de Puigvert no consta, está el informe del electromiograma días posteriores donde figuran las dos lesiones producidas, pero no consta en el informe de la operación cuando debería constar. No nos dice por qué no consta.
- En tercer lugar el tema de la infección. Sobre todo la no detección y no tratamiento de esta hasta días después y las graves consecuencias que ello conlleva: la infección se hace muy grande, impide la quimioterapia, y no poder hacer este tratamiento cambia el pronóstico del paciente y sus oportunidades de curación. Además anula su calidad de vida por completo.
La herida era tan grande que le pidieron permiso para hacer fotografías y presentarla en un congreso de enfermería.
En el informe de Puigvert pone que abrieron la herida en quirófano cuando no es cierto, fue en la habitación. No nos explicaron nunca por qué primero deciden bajarle a quirófano para limpiar y cerrar la herida y después cambian de opinión, no lo bajan y le dejan la herida abierta. La portavoz tampoco nos responde estas cuestiones.
Posteriormente presentamos el escrito en febrero y no obtenemos nunca respuesta, por ninguna vía. Cuando meses después, en julio, llamo para saber qué ha pasado con la reclamación, la chica que me atiende me dice que en general las reclamaciones no se contestan y que se hace una reflexión interna. La portavoz dice que esto es cierto, que es su manera de funcionar sea correcta o incorrecta. Le digo que evidentemente sentí malestar en la llamada, porque hacía muchos meses que estábamos esperando que nos dijeran algo y cuando llamo me dicen que se había finiquitado en febrero, antes incluso que en Sant Pau. La reclamación estaba cerrada.
Pero después de que a mí me confirmen claramente que no obtendremos respuesta, debemos leer en sus consideraciones a Salud que nos querían llamar y que no lo hicieron antes por el covid. Concretamente, que "se acordó dar respuesta telefónica, viendo conveniente centrar la conversación en ayudar a la familia a manejar el duelo. El 2 de julio la hija del paciente, LT, identificándose como la autora del escrito, mantuvo con la oficina técnica de escucha al cliente..." Ella nos dice que no dicen en el escrito que llamaran ellos, le digo que el fragmento está redactado de manera que enlazando los párrafos un lector externo lo que interpreta es que ustedes llamaron. Dice que siempre puedo hacer otro escrito diciendo que esto no es así. Cuando le digo que esto ya lo hice dice "entonces ya está aclarado". Le pregunto si es necesario, e insisto en por qué escriben que nos responderían cuando nos dijeron que no, ella dice "Ya", o "Ya lo entiendo", y no da una respuesta.
Si las cosas se hubieran hecho bien no sería necesario esconderlas ni decir cosas que no son ciertas.
Cuando le preguntamos directamente si considera adecuadas ciertas actuaciones (como la de la doctora de guardia) también responde "ya le entiendo" o que a ella no le gustaría, pero que no lo puede valorar. Además de no obtener respuesta tampoco a las preguntas sobre lo que no consta en los informes o los cambios en ciertas actuaciones cuando se las volvemos a hacer.
Ella nos dice que recogerá lo que le explicamos y que si queremos podemos hacer llegar otro escrito con lo que le estamos comentando hoy. Pero eso es lo que ya hemos hecho, qué sentido tiene.
Ellos nos dice que transmitirá lo que le hemos dicho y nos dirá algo, porque su función es de portavoz. Le pide el teléfono a mi madre directamente y dice que nos llamará en breves, que no será en 24 horas pero que no nos hará esperar. Se acaba la reunión.
Espero unos días para escribir a Salud explicando el contenido de la reunión, por si llaman pronto, pero medio mes después aún no han llamado y les mando el mail relatando la reunión. Entonces sí, la misma semana llama la portavoz de Fundació Puigvert para una nueva reunión, esta vez con ella y con el Dr. J.P, director del servicio de urología.
La reunión se produce el 18 de noviembre, y esta vez si nos dan algunas explicaciones y reconocen que hubo actuaciones que no fueron correctas, y otras que podrían ser mejorables (aunque nos lo dicen de palabra, no por escrito...)
JP nos dice que hará una sesión especial con el equipo que atendió mi padre, en la que les enfatizará algunas cosas que no le ha gustado oír (o leer), y aquellas en que no hubo suficiente diligencia o hubo relajación por parte del personal. Dados los diferentes hechos que sucedieron, la reunión se hará con todo el servicio. Le pedimos que cuando se haya hecho la sesión, nos envien un escrito con los puntos que se han tratado.
También nos dice que no fue correcto que la dirección de la Fundació Puigvert no respondiera cuando hicimos la reclamación, y que en su momento llevaron la reclamación de una manera incorrecta. Que no la habían hecho llegar a su departamento hasta hace unas semanas, que es cuando se enteró de lo que había pasado.
Escribo a Salud para informarles de la reunión.
Por último, como
también habíamos escrito a Salut, unas semanas después recibimos una
notificación conforme se abría expediente a la Fundació Puigvert por 1) Falta
de respuesta en la reclamación interpuesta y 2) Falta de información en el
informe de alta del paciente, donde no dejan constancia ni de la afectación
neurológica del brazo ni tampoco de la dehidencia de la herida quirúrgica. Por
estos motivos les imponen una multa de 4000 euros. Nada para la
Fundació Puigvert.
La realidad es que a la institución le saldrá más a cuenta no hacer constar todo lo ocurrido y arriesgarse a una
improbable multa suponiendo que la família reclame y reclame, que
poner todo lo sucedido en los informes correspondientes. Y aún reclamando, el corporativismo del sector y la indefensión del paciente más las dificultades que va a encontrar para obtener la documentación de lo que ha ocurrido (si consta) hacen que el proceso sea un dolor añadido.
Aún así, si os ha ocurrido algo semejante en vuestra asistencia o la de un familiar, si ha habido una mala praxis, hacedlo constar, exigid una respuesta, aunque ellos puedan mentir después. Será la única manera que algún día cambien las cosas. Porque si no constan estos hechos quedan escondidos en el centro o entre los profesionales involucrados, y siguen repitiéndose.